Hassan Fazili y yo nos conocimos por un amigo en común, y poco después incluí su cortometraje Mr. Fazili’s Wife en el programa del Davis Feminist Film Festival. Su obra me dejó boquiabierto. Yo hablo persa y tengo un doctorado en cine y medios de comunicación de Asia Central. Antes de que surgiera la idea de Viajero de medianoche, mientras la familia estaba intentando evitar la ruta ilegal, quería organizar una campaña para enviar cartas que apoyaran su caso. Cuando la situación empeoró, accedí a ayudarle a Hassan a documentar su vida. Entonces aún no sabíamos qué pasaría con el producto final, pero sentimos que valía la pena capturarlo y conservarlo. Así que desde el día en que comenzó la travesía de grabar, yo estaba ahí para apoyar con la logística y colaborar con Hassan para contar la historia de su familia.
Hassan no podía viajar con su laptop, así que guardó el material en memorias SD que mantenía consigo hasta que yo conseguía contactos locales en cada país para que copiaran el contenido de las tarjetas y me mandaran el material original a Estados Unidos. Una vez que lo tenía, Hassan podía borrarlo y seguir grabando material nuevo. De esta manera, la producción del documental fue ligera y móvil.
Al principio, ninguno de nosotros dimensionaba la duración del viaje que la familia iniciaría. Durante dos años de filmación, sus hijas crecieron, él y su esposa Fátima tenían miedos y esperanzas que evolucionaban, y cada miembro de la familia Fazili participó en la grabación de algún elemento de la película. Así, gran parte de la perspectiva interna y la humanidad del documental fue consecuencia del enfoque que se tuvo.
Mientras estaban en Serbia, Hassan y yo pasamos un mes juntos trabajando en el desarrollo de la historia y grabando las voces. Terminamos con 300 horas de metraje y 25 horas de voz que editamos para crear una película de 87 minutos. Invité a un coeditor y a un asesor de edición a trabajar con nosotros porque tanto Hassan como yo habíamos estado sumergidos en el material por 18 meses para cuando comenzamos a montarlo por primera vez. Por eso fue muy útil para el proceso tener ojos nuevos y confiables.
El título de la película, Viajero de medianoche, salió de un libro que la hija mayor, Nargis, lee en las primeras escenas del documental. Ego Monster es una obra magnífica de la literatura afgana posmoderna, y fue escrita por Said Bahodine Majrouh, un político, etnógrafo y escritor que pasó los últimos años de su vida como refugiado antes de que lo asesinaran. El libro es un testimonio del olvido de la existencia de los intelectuales y artistas afganos, muchos de los cuales tienen una manera única de entretejer las tradiciones francesas y persas, que formaron su manera de ver el mundo. Esta alegórica obra de Majrouh se relaciona profundamente con los temas del documental, y no se ha traducido aún al inglés.
Viajero de medianoche brinda un enfoque nuevo hacia un suceso actual: la perspectiva de una familia fugitiva de cineastas. Lo que capturan proyecta una intimidad increíble que lleva al documental más allá del género de las películas de refugiados. Nuestra meta era hacer algo que fuera cinematográfico, no sólo un reportaje. En la edición, evité utilizar los planos de establecimiento para que la audiencia se sumergiera en la travesía de la familia. En muchos casos incluí elementos que normalmente se eliminarían, como las veces que enfocaban o encuadraban y las fallas visuales de la cámara de los celulares. En toda la película, aceptamos con gusto la estética desordenada del viaje y el material capturado con celulares como parte integral de la naturaleza de esta historia, pero también buscamos los momentos que celebraran la perspectiva particular y artística de la familia Fazili.
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