Mezclar tiosulfato de sodio en matraces, y aplicarlo en materiales fílmicos sometidos a temperaturas precisas parecería una labor ajena a la experiencia del cine. Cuando un espectador se sienta en la butaca y disfruta la función, pocas veces contempla todo el proceso científico que existe detrás del filme que mira. Sin embargo, existen lugares cuya principal intención es perfeccionar mediante detallados procedimientos la obra que llega al público; un ejemplo admirable de este trabajo es Labodigital.
Labodigital es una compañía que ofrece soluciones para las industrias de cine, televisión y plataformas de video. Trabajan desde el inicio de los proyectos hasta su entrega final y resuelven las necesidades de corrección de color en locación, manejo de datos, postproducción, creación de flujos de trabajo, procesos de regionalización, creación de paquetes complementarios, duplicado, creación de KDMs (Key Delivery Message), resguardo de materiales promocionales, envío de DCP (Digital Cinema Packages) a cines e incluso mantenimiento de salas de exhibición. Su servicio es personalizado y se adecúa a las necesidades de cada cliente. Además, cuentan con oficinas en Estados Unidos, México, Colombia y Argentina, y alianzas con empresas en otros países del centro y el sur de América, consiguiendo una amplia cobertura por diversas regiones del mundo.
Resalta su capacidad para actualizarse ante los constantes cambios tecnológicos que existen en cuestión de materiales fílmicos, además de su perfeccionismo y capacitación para realizar un trabajo de calidad en todo momento. Dado que en Ambulante Gira de Documentales trabajamos de la mano con su equipo para la restauración de diversos filmes que conformaron la programación de la Gira 2018, y como consecuencia de la admiración que sentimos por su trabajo, entrevistamos a Gabriel Elvira, gerente de ventas en Labodigital, sobre la labor actual de este laboratorio en el mundo.
¿Cómo nació Labodigital?
Labodigital es herencia de un laboratorio que se llamó Labofilms, creado por Enrique Alagón. Este espacio estaba destinado al cuidado de las cuestiones digitales del filme, pero también de la parte fotoquímica del mismo dentro del laboratorio. Cuando la producción de películas se centró en la parte digital, el laboratorio concentró sus esfuerzos en estos nuevos formatos, pero mantuvo su labor de restauración y protección de materiales fotoquímicos. Hoy en día contamos con ambas formas de trabajo y nos hemos especializado en las dos vías para conseguir la máxima calidad de una película. Por eso podemos restaurar materiales fílmicos en 35 y 16 mm para aprovecharlos en plataformas digitales, pero también podemos ofrecer soportes fílmicos físicos que los preserven.
Hemos trabajado en proyectos de Canadá, Estados Unidos y México, entre otros, con materiales de distintas épocas como los sesenta y setenta, y más antiguos. Además, nos hemos especializado en soportes de películas tan variados como cada época ha dictado: nitrato, acetato, poliéster, etc. Logrando siempre el rescate de los diversos materiales, además de las herramientas en producción y restauración que ofrecemos. Procuramos apoyar especialmente a los estudiantes, pero hemos tenido todo tipo de clientes. Por ejemplo, realizadores profesionales o familias recuperando la vida de sus padres en filmaciones en 16 mm.
¿Qué tipo de retos han enfrentado ante la digitalización de los materiales fílmicos?
Muchísimos, pero también hemos obtenido herramientas a partir de los avances de la tecnología. Un ejemplo fue cuando restauramos fotogramas que ya no existían porque la emulsión se desprendió y tramos completos de una película se perdieron. Aprovechamos los equipos para recuperar digitalmente los distintos lados donde estaba el daño, y así obtener la secuencia que se había perdido. Gracias a la tecnología logramos recuperar una película y luego pasarla a 35 mm de nuevo, como si nada hubiera pasado en el filme (al menos no a simple vista). La tecnología que tenemos es espectacular, pero también representa un reto diario pues todo va cambiando y debemos tener el equipo para adaptarnos. Eso es algo que cuidamos siempre en Labodigital; en algún momento tuvimos betacam, betacam digital, ¾, 1 pulgada, etc. elementos magnéticos que ahora podrían parecer obsoletos, pero mediante los cuales hemos evolucionado para producir y conservar materiales hasta llegar al fílmico, el cual podrá verse en muchos años sin necesidad de un aparato de reproducción que se descontinúe, bastará una fuente de luz.
¿Por qué es importante preservar laboratorios como Labodigital hoy en día?
Tengo prácticamente cuarenta años en la industria, y a lo largo del tiempo he observado cómo es necesario contar con todo el equipo para poder trabajar, rehabilitar y preservar los filmes. Muchas filmotecas y fototecas del mundo ya no tienen un espacio para restaurar los materiales fílmicos, por eso es clave mantener el laboratorio. Tenemos un compromiso con esta labor y queremos hacerlo bien.
Labodigital ofrece un servicio único y especializado. Los laboratorios que realizan procesos fotoquímicos para restaurar filmes se han reducido significativamente hoy en día, y este espacio continúa posicionándose como uno de los mejores en el mercado. Si quieres conocer más sobre su trabajo visita su sitio oficial aquí.
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